lunes, 7 de diciembre de 2009

2 años después

Realmente me sorprendió la coincidencia - cuando me di cuenta - del hecho que vuelvo a hacer un viaje largo exactamente 2 años después de aquel 16 de diciembre de 2007 cuando tocó volver de La Plata para insertarme a mi vida paraguaya.

Esta vez las cosas son diferentes. Yo soy diferente. Los motivos son diferentes. Las expectativas son diferentes. Pero el hecho es el mismo. Viajo el 16 de diciembre a Estados Unidos para participar del programa Work and Travel y vuelvo en 4 meses, al igual que cuando me fui becado a La Plata.

Me entusiasma la idea de pisar por primera vez el suelo norteamericano, de estar en un estado tan bello como Colorado (a más del nombre), de trabajar allá, de escuchar todo el día inglés, de mejorar mi oído y mi manejo del idioma, de estar solo de vuelta y reforzar mi experiencia de vida independiente.

Le agradezco infinitamente a Dios por las oportunidades que fue abriendo y por el hecho de que en cada lugar de Estados Unidos donde voy a estar tengo gente conocida: Miami, Colorado (Boulder), Washington y New York. Esa es una gran bendición.

Falta 1 semana para el viaje y todavía no tengo casi nada listo; entiéndase: maletas, ropas para el frío de muchos grados bajo cero, cosas que voy a llevar, cosas que tengo que dejar ordenadas acá, etc.
Pero hacer este tipo de cosas a última hora es parte del show, parte de la emoción.

Me deja ansioso saber lo que Dios tiene para mí en esta experiencia, el resultado más allá de los planes que pueda tener para mi vida a través de este viaje.
Cuatro meses no es ni mucho ni poco. Es un tiempo prudencial. Pero es un tiempo. En cuatro meses, muchas cosas ocurren, muchas cosas pasan.
Es el tiempo suficiente, tal vez, como para desarraigarte de un lugar y arraigarte a otro. Es el tiempo suficiente como para aprender muchas cosas y venir cambiado.

Lo que le pido a Dios al respecto es que Él me guíe mis pasos en este viaje. Que Él se encargue de direccionarlo todo, de encarminarlo todo, de darme sabiduría, de ayudarme a conocer la gente correcta y los lugares correctos, que guarde mis pasos.

No me queda otra cosa más que descansar en Él, porque ya no hay marcha atrás.

El 16 me voy. Y está previsto que vuelva el 17 de abril.
Así que, sin temor y con mucha fe y optimismo, embarquemos en esta nueva aventura.