domingo, 10 de mayo de 2009

A mis amigos

No me gusta ser superficial en las amistades. Valoro mucho el vínculo de la confianza de compartir la vida, los sueños, proyectos, sentimientos, pensamientos con las personas a las cuales llamo amigos y amigas. Lo considero como una de las mayores bendiciones que Dios me da en la vida, realmente invaluable.
No me gusta solo reirme, aunque es parte. No me gusta solo divertirme, aunque es necesario. Me apasionan las conversaciones inolvidables, esas que se extienden por horas en las noches y que, cuando te dás cuenta, resulta que ya sobrepasaron la madrugada. Me gusta hablar de los sueños que me inspiran, de las bendiciones recibidas, de las preocupaciones que me aquejan, de los temores que enfrento, de las adversidades que atravieso, de las promesas y el llamado de Dios para mi vida y para esta generación.
Valoro en gran medida a las personas que se animan a escucharme y a las que me permiten escucharles. Me emociona sobremanera el versículo bíblico que dice: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Me apasiona hacerlo, porque el tener algo por lo cual dar la vida, la llena de sentido a ésta.
Pareciera sencillo e insignificante, pero el mismo Jesús lo dijo.

Hay riqueza es admitir y tolerar las diferencias de temperamento, comportamiento, actitud, pensamiento en las relaciones de amistad, y eso las engrandece.

Tal vez, hoy se trate de uno más de "esos días" en los cuales estoy reflexivo, pensativo, melancólico, romántico o como quieran llamarle... pero las experiencias vividas y los pensamientos que rodearon mi mente en los últimos días fueron sobre esto, y una de las mejores maneras de inmortalizar los pensamientos que se borran con la memoria es escribiéndolos.

A todos mis amigos, por este humilde medio, un sincero reconocimiento de mi afecto y estima. A los que están cerca, a los que están lejos, a los que veo siempre, a los que casi nunca veo, a los que me influencias con sus escritos, a los que me impactan con la convivencia, a los que conozco solo por Internet, a los que me edifican, a los que edifico, etc, etc.

He aquí... yo mismo. El que pienso, el que siente, el que soy.