sábado, 24 de octubre de 2009

El cristiano en el mundo

Los cambios sociales y políticos que se viven en la actualidad son un tema que no pasa inadvertido a cualquier persona medianamente informada, sea cual fuere la región en que vive. A nivel global, se está trabajando en la construcción de un nuevo orden mundial, que implica la alteración de las estructuras sociales conservadoras para avanzar dentro de una corriente de pensamiento denominada “progresismo”.

Desde la perspectiva cristiana de las cosas, estos cambios sociales que pretenden imponer los centros de poder internacionales no pueden ser admisibles ni tolerados, aunque no debe sorprendernos que, mientras se acercan los días del gran juicio final de Dios sobre la tierra, la realidad se siga pervirtiendo, cual Sodoma y Gomorra. Es bíblico admitirlo.

El cristiano no debe permanecer ajeno a esto, y mucho menos, su rol no puede ser pasivo.

La definición de familia está pretendiendo ser reformulada, cuestionando lo admitido desde siempre: que se fundamenta en la unión estable, permanente entre un hombre y una mujer. De hecho, con la introducción del concepto de género, como construcción cultural de la sexualidad, ya no es determinante la heterosexualidad de la unión, ni la condición natural de ser hombre o mujer, sino que – desde el mismo – cada cual es lo que quiere ser y tiene derecho a que la unión que formare sea reconocida por el Estado con todos los derechos inherentes a lo que, hasta hace tiempo, solamente se hallaba reservado para el matrimonio. Una locura.

De hecho, la sexualidad – de ser un tabú (lo cual era incorrecto) – hoy ha pasado a ser el reflejo de la liberalización moral de nuestra sociedad, puesto que – al desvalorizarse la familia, el matrimonio y la fidelidad – ha perdido el valor que Dios en su Palabra le ha otorgado, es decir, se la ha des-sacralizado.

Asimismo, el hombre mismo ha desafiado a Dios, excluyéndolo de su realidad, de su existencia. En el proyecto de Constitución Europea, del año 2004, se pretendió excluir toda alusión a Dios, omitiendo la innegable tradición histórica del cristianismo en ese continente, a lo largo de los siglos. En los tiempos actuales, a nivel político cada vez se pretende excluir más la influencia ideológica del cristianismo o cualquier otra creencia de fe, puesto que se ha impuesto el paradigma del humanismo autosuficiente y se ha idolatrado a la razón, como fuente de verdad y justicia (título que se otorgaba a Dios en las Constituciones del siglo XIX).

No obstante, en este contexto de postmodernismo – me animo a decir, previo a los tiempos del Anticristo -, Dios nos llama a movernos, a levantarnos, a brillar, a resplandecer, a hablar, a predicar y a influenciar, con la misma intensidad que en los tiempos en que los Evangelios fueron escritos. A pesar del pesimismo de mi descripción en los párrafos anteriores, es necio decir que los tiempos pasados fueron mejores (Eclesiastés 7:10).

El mundo siempre fue “el mundo”, y la Biblia siempre dijo que este sistema estuvo en contra de lo que es la voluntad de Dios (1 Juan 2:15). Así que, la exhortación de no amar el mundo ni las cosas que en él están fue válida para los cristianos del siglo I, V, XII, XIV, XVIII, XX, XXI… para todos. El cristianismo – en todo contexto histórico, político, social y cultural – es contrario al pensamiento del mundo. Al referirme al mundo, lo hago al significado bíblico de la Palabra: el sistema de vida de las personas del planeta Tierra que viven alejados de los principios de la Palabra de Dios, sin Cristo.

Ser cristiano, por eso, es siempre remar contra la corriente, nadar contra el pecado, navegar contra lo que, para el común de la gente, es normal. Y no podemos eludirlo. Jesús nunca lo hizo y fue claro: hay un camino de abnegación, de tomar la cruz, de aborrecer nuestra vida en este mundo y amar la suya (Mateo 16:24; Juan 12:25). Somos más que seguidores de una idea o moral, sino de una persona llamada JESUCRISTO.

El cristianismo no se reduce a la vida moral intachable o al ejemplo cívico y social que podamos dar. El cristianismo se trata de Cristo. Siempre nadamos contra la corriente cuando lo seguimos a Él y aborrecemos el pecado, mientras que el mundo sigue sus ideas y pareceres, incluso cuando, en ciertos tiempos de la historia, implicaba moralidad semejante a la cristiana.

El cristiano debe tener su raíz profunda y su convicción firme en Jesús y en su Palabra. Debe ser consciente que, sin ser de este mundo, estamos en él (Juan 17:16), y de que nuestra ciudadanía verdadera y definitiva está en los cielos (Filipenses 3:20). Solamente así, con ese fundamento inconmovible, podemos ser usados por Dios, para que manifieste su gloria y poder a través de nuestras vidas, de manera tal que “el mundo” lo vea a Él a través de nuestras vidas. Fuimos llamados a anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9).

No se trata de moral, ni se trata de buenas costumbres. Es más que vida piadosa. Supera lo que implica una ideología. Se trata de JESÚS, Dios hecho hombre y único camino a Dios, al cielo, a la vida eterna…. Sí, el cristianismo se trata de Él y solo de Él, y de su poder para transformar vidas. Por ello, mientras estemos en esta vida, nadaremos contra la corriente. Su Palabra es nuestro único Norte inmutable, nuestro código de conducta, nuestro manual de instrucciones.

Si asumimos la posición, por fe, de ser hijos de Dios, esta es nuestra realidad en el mundo.

“El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17).

Existencialismo

Traté de plasmar en escrito lo que ronda en mi mente hace ya bastante tiempo. Tal vez no logre una conclusión desarrollada y final como se puede hacer sobre todos los demás temas, pero sí explayo los atisbos a los que, con mi mente finita, puedo llegar. No pretendo presentar un tratado de existencialismo, pero sí transmitir los pensamientos que voy teniendo. Sin más introducciones, aquí va:



EXISTENCIALISMO
---------------

A veces, o más bien, muy a menudo surgen en mi interior preguntas existenciales. Suelo decirles a mis amigos que estoy "onda Eclesiastés" cuando me ocurre eso, o que estoy completamente existencialista. Es que realmente creo que es una faceta propia del ser humano: la búsqueda del sentido de trascendencia de la vida.

Me pareció raro y me sigue llamando la atención que, siendo un cristiano, un hijo de Dios que tuvo una experiencia de vida transformadora tras haber conocido a Jesús, sigan esas inquietudes sin respuestas en mi interior. Pero llegué a la conclusión que esa "etapa de la Vida", por llamarlo así, o esas preguntas existenciales, encuentran su espacio en la misma Biblia, justamente en libro que mencionaba: Eclesiastés, que según mi parecer, tiene un tinte netamente existencialista, filosófico, divagador, o como quieran llamarlo.

Creo que dentro del ser humano mismo, está la búsqueda de ese deseo de encontrarle un sentido a las cosas. Pareciera de repente como que pasan días, momentos, cosas, situaciones, y que todo al final pasa, que nada perdura, ni los buenos ni los malos momentos permanecen para siempre... y cuando todo pasa, cuando todo está tranquilo, cuando uno se encuentra solo de vuelta, se pregunta: "¿Y después?". Pareciera que uno tiene el deseo de que todo dure para siempre. Es bíblico. La respueta la encuentro en Eclesiastés 3:11, cuando dice que Dios ha colocado eternidad en el corazón del hombre.

Me cuestiono a mí mismo y llego a la pseudo-conclusión (no estoy seguro) de que la vida es más que logros, reconocimientos, trabajo y esfuerzo. Eso es parte de la vida, pero no es la vida en sí. Más allá incluso del propósito de Dios para nuestras, del llamado, de predicar el Evangelio - los cuales son fundamentales para nuestra vida en Cristo -, los libros de Eclesiastés y Proverbios nos dan dos afirmaciones irrefutables y con las cuales concuerdo, a partir de mi corta experiencia de vida aún. He aquí:

"He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte" (Eclesiastés 5:18).

Tal vez siempre podamos tener esa insatisfacción en cuanto a todo lo que hagamos en la tierra, por cuanto Dios colocó eternidad en nuestro corazón, y seremos "plenamente plenos" el día que estemos con Él en la eternidad. Pero mientras tanto, Dios también estableció que nos gocemos y regocijemos en ls bendiciones que Él nos da, que sepamos valorar los pequeños detalles y disfrutar de las cosas buenas que nos ocurren, siempre, a pesar de todo lo malo que nos pueda rodear.

Respuestas absolutas, simples, concretas y directas a preguntas como: "¿Cuál es el sentido de la vida?" Al menos, respuestas completan y satisfagan completamente, no. Porque la respuesta está en Dios. La respuesta puede ser perfectamente, como también lo dice Eclesiastés 12:13

"El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre".

DIOS es la respuesta final a nuestras preguntas existencialistas y el día que estemos con él en la eternidad nuestro conocimiento sobre Él y sobre nosotros mismos será pleno.

viernes, 3 de julio de 2009

Mayor compromiso

Dios demanda de nosotros un mayor compromiso. Al decir nosotros, me incluyo a mí y a aquellos pares míos que componen esta generación. Es la hora de que asumamos la posición que el Señor espera de nosotros en estos tiempos de turbulencia en los que vivimos.

La realidad del siglo XXI, con la consolidación del postmodernismo, nos habla de una sociedad que se está volviendo anti-cristiana, como lo dijera Junior Zapata, en su libro "La generación emergente". Esta realidad se está levantando frente a nuestras narices, sin que nosotros lo percatemos concientemente, por estar tan conformes con nuestra salvación y nuestras actividades cristianas.

Al decir que el esquema social se está volviendo anticristiano hablo principalmente de una corriente político - filósofica. Las corrientes ideológicas, de pensamiento, son marcan la tendencia de una sociedad. NO PODEMOS TAPAR EL SOL CON UN DEDO, y más aún, cuando nuestra pasividad demandará el juicio de Dios hacia nuestras vidas.

Una de las características de esta generación, sobre la cual estuve meditando en los últimos meses y tras conversaciones e intercambio de pareceres con amigos y me hizo llegar a la conclusión de que se trata de la realidad, es que hay un DESINTERÉS, una INDIFERENCIA muy peligrosa. En términos sencillos y vulgares, "a nadie le calienta nada". Esto equivale a no tener un compromiso con Dios.

Sin embargo, mientras "a nadie le caliente nada", al diablo sí le calienta y su plan avanza. La condenación y las ataduras a los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y familia, SIGUE AVANZANDO, y a pasos agigantados.
Y ante este hecho, surge la pregunta: ¿Qué será de la iglesia en los próximos años? ¿Quién tomará la posta?

No puedo negar que esta interrogante me desveló bastante y la Biblia me llevó a una síntesis que, no por ser verdad, puede animar la indiferencia. En Mateo 16:18, el mismo Jesús dijo que las puertas del Hades no prevalecerían contra su iglesia.

Pero el panorama que observamos es alarmante y necesitamos volvernos a Dios.

Ser cristianos hoy no es fácil. Y el día de mañana, menos. A nivel mundial, avanzan las iniciativas que pretenden censurar el cristianismo por ser, según ellos, retrógrado, discriminador, excluyente, absolutista. El relativismo se impone, los valores sociales relacionados a la familia, matrimonio y sexualidad se están derrumbando, ante nuestros ojos, y en consecuencia, la sociedad en la que van a vivir nuestros hijos, las generaciones que nos sucederán (si esto sucede, porque Cristo viene muy pronto) será completamente hostil a la fe en el Dios de la Biblia, cuyos principios y mandamientos son absolutos y verdaderos.

Me tocó ver a muchos pares, amigos y gente cercana apartarse de los caminos del Señor, negando con su actual vida la devoción que en algún momento profesaron hacia Cristo. Me dolió y me sigue doliendo. Asimismo, he tenido el privilegio de ver y acompañar a otros que se habían apartado, fueron tocados por Dios y volvieron al primer amor. Ninguna otra cosa puede brindarme mayor alegría.

Al punto al que quiero ir es que veo, a nivel juvenil, un cristianismo demasiado debil, muy basado en la costumbre de "ir a la iglesia" y sin el fundamento sólido de una experiencia transformadora con Dios y en el conocimiento de la Palabra.
Sin estos fundamentos, lo que se vislumbra no es alentador.

Pareciera que la generación a la que pertenezco no se animó a asumir el rol del liderazgo de tomar la posta y encender a la generación emergente, de la manera en la que lo hicieron nuestros antecesores. Al haberse estancado este "traspaso", se trancó el avivamiento, la obra y el fuego comenzó a debilitarse. Al no ejercer un rol activo en el ministerio que el Señor nos encomendó, no existe razón por la cual pueda mantenerse encedido el fuego y, como la higuera a la que Jesús maldijo, comenzamos a secarnos.

La Biblia es clara, también, al advertir en Mateo 24:12 que "a causa de la maldad, el amor de muchos se enfriará". Cuando el amor se enfría, es mucho más fácil dejarnos seducir por las tentaciones, las seducciones del mundo y, sin darnos cuenta, podemos entrar en un proceso de autodestrucción espìritual, del cual solo tomamos conciencia cuando ya estamos demasiado embarrados y debilitados como para poder reaccionar.

Y mientras, el mal sigue avanzando y cobrándose vidas por las cuales la sangre de Jesús se derramó.

Nos estamos amando a nosotros mismos mucho más de lo que amamos a Dios, y de esa manera, estamos destruyéndonos a nosotros y el crecimiento de la obra de Dios, y aquel Padre bueno en quien creemos, es también el Juez severo ante el cual tendremos que dar cuentas (Romanos 11:22).

Me quebrantó mucho cuando el Pastor de la Iglesia donde me congrego dijo en una de sus prédicas que si no oramos, lloraremos. Mencionó que existe un plan a nivel mundial para acabar con el cristianismo, el rebrote del comunismo anticristiano, que en China persiguió a la iglesia, que tuvo que mantenerse y crecer bajo persecusión, dando a entender que si no nos levantamos, orando ya actuando, un destino similar se perfila para nuestra región.

A mitad del siglo XX, llegó un momento en el cual, la Iglesia cristiana, que estaba tan dormida, se encontró con que el nuevo régimen político no toleraba el cristianismo y comenzó el cierre de iglesias y la persecusión a base de torturas e incluso muerte, a aquellos hijos de Dios que rehusaban a negar su fe. En medio de historias durísimas que hoy conocemos a través de los libros, la Iglesia del Señor siguió avanzando con pasos ensangrentados por el dolor y persecusión, hasta conquistar hoy en día, cierto clima de libertad (aún no pleno) en la China Continental.

Tal vez, la situación "pre-comunismo" de la Iglesia china no se diferencie tanto de la nuestra actualmente, lo cual no percibimos por esa terrible indiferencia. Y mientras, Dios sigue llamando, tocando puertas entre sus hijos, buscando que alguien le responda.
Y pareciera que estamos tan entretenidos con el mundo (eclesial, incluso) que el ruido que nos rodea no nos permite escuchar su suave silbido de amor, pero a la vez, de advertencia.

Lo mejor de todo es que, al menos en el ámbito que nos rodea, este proceso ES REVERSIBLE. Por supuesto, no de forma automática. En medio de la debacle, encontramos la promesa de Dios en 2 Crónicas 7:14

"Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra".

Mientras haya vida, hay esperanza, y tengo fe de que podamos despertarnos del letargo, orar, buscar a Dios, darle nuestra vida y permitirle que nos use para transformar nuestra sociedad, nuestro tiempo.

Amemos menos el mundo y más a Dios. Las recompensas son eternas.

Espero que no nos demos cuenta de esto demasiado tarde.
Hasta ahora, hay tiempo.

lunes, 15 de junio de 2009

Arriesgarse

Este poema - creo que ya lo mencioné en una entrada anterior - lo leí en un libro que marcó bastante mi forma de pensar. El título del libro, "Cambio de bastón" (Baton change, the next generation); su autor, Peter Lyne.

Puedo decir que marcó un hito en mi peregrinar como persona y como hijo de Dios, y traza un rumbo que debo asumir para conquistar las promesas de Dios para mi vida.

Después de mucho, conseguí la versión original del poema en inglés.

A continuación, lo transcribo en español y en inglés.


"To laugh is to risk appearing the fool,
To weep is to risk being called sentimental.
To reach out to another is to risk involvement.
To expose feelings is to risk showing your true self.
To place your ideas and your dreams before the crowd is to risk being called naive.
To love is to risk not being loved in return,
To live is to risk dying,
To hope is to risk despair,
To try is to risk failure.
But risks must be taken, because the greatest risk in life is to risk nothing.
The person who risks nothing, does nothing, has nothing, is nothing, and becomes nothing.
He may avoid suffering and sorrow, but he simply cannot learn, feel, change, grow or love.
Chained by his certitude, he is a slave; he has forfeited his freedom.
Only the person who risks is truly free."

-- Janet Rand


ARRIESGARSE
-----------

"Reir es arriesgarse a parecer un tonto
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental
Tender la mano es arriesgarse a involucrarse
Expresar tus sentimientos es arriesgarse a revelar tu verdadero yo
Exponer tus ideas y tus sueños ante una multitud es arriesgarse a perderlos
Amar es arriesgarse a no ser correspondido
Vivir es arriesgarse a morir
Esperar es arriesgarse a la desesperanza
Intentar es arriesgarse a fallar

Pero los riesgos deben ser corridos
porque uno de los peligros más grandes de la vida
es no arriesgarse a nada.
Los que no arriesgan nada, no hacen nada,
no logran nada y se convierten en nada.
Pueden evitar el sufrimiento y la tristeza,
pero no pueden aprender, sentir, cambiar, crecer,
amar o aún vivir.
Encadenados a sus dudas, son esclavos,
han perdido su libertad

Solamente una persona que arriesga todo
lo que no puede tener
para obtener todo aquello que nunca puede perder...
es verdaderamente libre"..

miércoles, 3 de junio de 2009

TIEMPO SEGURO DE ESPERA

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”
(Jeremías 29:11)


Cuando el profeta Jeremías escribía estas palabras, lo hacía en el contexto de una carta dirigida a los israelitas que se encontraban deportados en Babilonia, tras la conquista y saqueo del reino de Judá a manos de Nabucodonosor. Las circunstancias no eran fáciles y las esperanzas de la restauración eran remotas o, en términos humanos, prácticamente imposibles.
Babilonia era el imperio más poderoso de la tierra y ante Nabucodonosor temblaban los pueblos. Hasta la misma Biblia cuenta que se lo llamaba “rey de reyes” (Daniel 2:37). Pero esto no pasaba desapercibido en el cielo. Dios mismo, el verdadero Rey soberano sobre todos los reyes, había permitido, a causa de la desobediencia de su pueblo, que cayeran en manos de este rey impío. Sin embargo, él no había olvidado su pacto y al remanente apartado del mal que había quedado en medio de ellos.
Muchas veces he escuchado mensajes motivaciones con este versículo, y de veras que lo es. Tal vez, ninguno de nosotros hoy atravesamos por la humillación que para un pueblo significaba la deportación a un pueblo con cultura extraña y pagana, y la destrucción del Templo y la ciudad de Jerusalén.
Mas, a pesar de esto, Dios no abandona a su pueblo, que se sumergía en la desesperanza y la confusión, a causa de falsos profetas, y le anuncia que en setenta años, volverían a su tierra y serían restaurados, y que mientras ese tiempo no llegara, les manda que habitaran tranquilos y seguros en Babilonia y que se edifiquen casas.
Imaginate… ¡SETENTA AÑOS! No te digo que en tu vida también sean setenta años, sino que la conclusión a la que llego es que, por lo general, los plazos en los cuales Dios hace lo que nos promete, resultan ser más largos de los que nosotros, en su nuestra impaciencia, pensamos. Pero Dios dice y lo cumple. Y a los setenta años, como leemos en el capítulo 1 de Esdras, inicia el retorno de los judíos a su tierra y la restauración de este pueblo.
Así como los israelitas de entonces, hoy nosotros tenemos maravillosas promesas de Dios para nuestra vida, mas, aunque tal vez no tarden específicamente setenta años, probablemente las cosas no las veremos de la noche a la mañana, sino en el tiempo preciso y oportuno (gr.: kayros) de Dios, el cual la mayoría de las veces, desafía nuestro deseo de tener el control de las cosas y de ver resultados inmediatos. Te aseguro que no es nada fácil.
Para ello, tenemos a la Palabra de Dios, la que nos anima a que nos anclemos a la promesa y permanezcamos firmes, de manera a que mientras el “plazo de espera” transcurre, habitemos seguros, tranquilos y confiados, sabiendo que “FIEL ES EL QUE OS LLAMA, EL CUAL TAMBIÉN LO HARÁ” (1 Tesalonicenses 5:24).

domingo, 10 de mayo de 2009

A mis amigos

No me gusta ser superficial en las amistades. Valoro mucho el vínculo de la confianza de compartir la vida, los sueños, proyectos, sentimientos, pensamientos con las personas a las cuales llamo amigos y amigas. Lo considero como una de las mayores bendiciones que Dios me da en la vida, realmente invaluable.
No me gusta solo reirme, aunque es parte. No me gusta solo divertirme, aunque es necesario. Me apasionan las conversaciones inolvidables, esas que se extienden por horas en las noches y que, cuando te dás cuenta, resulta que ya sobrepasaron la madrugada. Me gusta hablar de los sueños que me inspiran, de las bendiciones recibidas, de las preocupaciones que me aquejan, de los temores que enfrento, de las adversidades que atravieso, de las promesas y el llamado de Dios para mi vida y para esta generación.
Valoro en gran medida a las personas que se animan a escucharme y a las que me permiten escucharles. Me emociona sobremanera el versículo bíblico que dice: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Me apasiona hacerlo, porque el tener algo por lo cual dar la vida, la llena de sentido a ésta.
Pareciera sencillo e insignificante, pero el mismo Jesús lo dijo.

Hay riqueza es admitir y tolerar las diferencias de temperamento, comportamiento, actitud, pensamiento en las relaciones de amistad, y eso las engrandece.

Tal vez, hoy se trate de uno más de "esos días" en los cuales estoy reflexivo, pensativo, melancólico, romántico o como quieran llamarle... pero las experiencias vividas y los pensamientos que rodearon mi mente en los últimos días fueron sobre esto, y una de las mejores maneras de inmortalizar los pensamientos que se borran con la memoria es escribiéndolos.

A todos mis amigos, por este humilde medio, un sincero reconocimiento de mi afecto y estima. A los que están cerca, a los que están lejos, a los que veo siempre, a los que casi nunca veo, a los que me influencias con sus escritos, a los que me impactan con la convivencia, a los que conozco solo por Internet, a los que me edifican, a los que edifico, etc, etc.

He aquí... yo mismo. El que pienso, el que siente, el que soy.

miércoles, 1 de abril de 2009

De vuelta en Buenos Aires

Que emocion mas grande es estar en este lugar de vuelta! Mis pies pisan de vuelta el suelo de la capital argentina - la Ciudad Autonoma de Buenos Aires - y manana, los de La Plata.
Que mucho cambio mi vida desde entonces! Cambios de paradigmas, de pensamientos, de actitudes... fue una renovacion. Parece increible que haya pasado tanto tiempo desde aquel entonces, pero estar aqui de vuelta me hace rememorar todo aquello como si hubiera sido ayer.... porque en mi corazon, fue ayer.
Se revivieron en mi todas esas emociones y estoy mas que contento. Andar en subte, en los micros portenos, hacer compras, recorrer los sitios politicos mas importantes de Argentina, hablar con la Diputada Cynthia Hotton y escuchar en vivo a la Vicejefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Michetti, implicaron para mi emociones que me superan. Ver de vuelta a mis companeros de colegio que estan aca, en sus departamentos, reencontrarme con mis amigos platenses, volver a la iglesia aca.... TODO, MIL COSAS QUE FORMAN PARTE DE MI HISTORIA, porque sin duda alguna, parte de mi corazon quedo aqui y seguira aqui.

Y le doy gracias a Dios por haberme permitido volver. Este fue una de las tantas cosas locas e inesperadas que me anime a hacer en mi vida y de la que no me arrepiento. Un viaje decidido entre "gallo y media noche". El domingo a la tardecita tomo fuerza la idea de venir, el domingo a la noche sigui fortaleciendose, el lunes a la manana se consolido, y a la tardecita ya estaba viajando. Y desde ayer, martes 31, ya estoy aqui por una semana... que aunque siento que es poco tiempo, es lo suficiente como para reafianzar el vinculo que me une a este lugar.

Se que Dios tuvo y tiene un proposito para traerme aqui. Lo entiendo y lo voy entiendiendo. Con el correr de los dias seguira clarificandose... pero se que los propositos de Dios muchas veces no se revelan en un momento X, sino en la cotidianeidad de la vida, y en las cosas simples, pero que al mirar atras, pasado un tiempo, ves el fruto y el cambio... y asi entendes el proposito. Asi fue la primera vez.

Tengo ansias de estar en La Plata e ir al culto en Rey de Reyes aqui en Buenos Aires, el domingo de manana.... Hay mucho por vivir aun aqui...

PAPA DIOS, segui guiandome y encaminandome en tu perfecta voluntad!
Gracias por todo.